El Rehue, Picoiquén y Malleco llevan sólo entre un 10 y 40% de agua en relación a su cauce normal. Las plantaciones de pino y eucaliptus y de árboles frutales a orillas de sus riberas son algunos de los factores que inciden en la baja de sus niveles históricos.
ANGOL.- Una dramática disminución de sus caudales han tenido los tres ríos que cruzan por la ciudad de Angol en los últimos años, situación que preocupa a ambientalistas y productores, quienes señalan que se trata de una situación crítica, pero que podría ser reversible si se toman las medidas de mitigación adecuadas y dentro de un tiempo prudente.
De acuerdo a lo explicado por el presidente del Comité Ambiental de Angol, Juan Hernández, no es exagerado decir que el actual caudal del río Malleco, que proviene desde Collipulli, es de un 40% en comparación a su cifra histórica. Dicha cifra es similar a la del Río Picoiquén, que viene desde la Cordillera de Nahuelbuta; la situación más crítica es la del río Rehue, que pasa por Los Sauces, el que tiene un caudal de un 10% en comparación a años normales.
Hernández indicó que lo que ocurre con todos los ríos que están en el valle es que ya no existe cubierta vegetal boscosa nativa que almacena el agua para luego irla soltando de manera regulada a los distintos caudales. Explicó que “además de bajar los caudales, los ríos están con sedimentación que avanza generando, además bancos de arena que impiden que el agua fluya normalmente”, explicó.
TURBIEDAD
En el caso del río Malleco dijo que la turbiedad del agua es por la extracción de áridos y el río no tiene la capacidad por sí mismo de ir purificándose a medida que avanza. El caudal de río Rehue, que en conjunto con el Picoiquén dan vida al río Vergara, en algunos sectores tiene la apariencia de un canal, según señaló, se ve afectado por las plantaciones de pino y eucaliptus y además de frutales junto a sus riberas, plantas que necesitan de una gran cantidad de agua para mantenerse.
“Como no hay bosque, cuando llueve el agua sube rápidamente, pero no tiene nada que la retenga y se va directamente, en el caso de estos tres ríos, al Bio Bio”, sostuvo. Agregó que es preocupante la situación, pero que todavía se puede revertir si se trabaja en la restauración del ecosistema, evitando plantaciones de árboles exóticos y fomentando la proliferación del bosque nativo. “De esta forma vamos a evitar que los ríos desaparezcan en algunos años más, porque cada temporada que pasa la situación se hace más crítica”, señaló.
RESERVORIOS
El productor bovino, Francisco Roa, señaló que el cambio climático es un tema importante en la disminución de los caudales de los ríos, donde las temperaturas promedio del planeta ha subido en promedio en los últimos años en un grado, “a los que se suma la sequía que se arrastra desde el año 2000 en todo Chile, producto de lo cual los reservorios de agua que tiene esta región, como es el caso de la laguna Malleco, tiene un 40 o un 50% menos de agua (por falta de lluvia y nieve), lo que sin duda afecta el cauce del Río Malleco”.
Un factor muy relevante, para Roa, es el aumento es la producción frutícola en la zona, la que exige un mayor uso del recurso agua “y en ese caso podemos ver lo que ocurre con el Río Rehue, donde hay muchos frutales (principalmente nogales) que están a orillas de la ribera; hay mucha agricultura desarrollándose allí”. Expone que en el río Picoiquén las plantaciones forestales han mermado las aguas debido a que se han hecho en sus riberas, afectando la capacidad de retención del vital elemento. Explicó que para evitar estos daños, las plantaciones exóticas deben hacerse al menos a 100 metros de los ríos.
Dijo que “si nosotros no nos preocupamos de tomar medidas concretas y dar un buen uso al agua, así como que el Gobierno cautele el uso de los caudales, la población sin duda va ser la más afectada”.