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Febril febrero

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Por Coché Fuica SM. Vecino, Profesor y Cantor

En un clima enrarecido por los humos y humores tóxicos tras los sendos incendios forestales del entorno y también en el primitivo basural local, que llevan las temperaturas aún más arriba de lo que acostumbramos, hoy cerramos el segundo mes de este 2022, que está llamado a ser crucial en nuestro devenir histórico como país y como sociedad, año en el que la gesta de la Revuelta Social de Octubre de 2019 ha de cuajar en no sólo una nueva institucionalidad, sino en UNA MEJOR.

Tanto el seguimiento periódico de las conversaciones y avances de la Convención Constituyente, así como la observación de las también periódicas y patéticas pataletas de los sectores que sienten (saben) que pierden (o perderán) parte (y sólo parte), de su poder, y que se expresan en una grosera y descarada campaña desinformativa por medios y redes, me indican que se va por buen camino; es la ya clásica expresión quijotesca: “Deja que los perros ladren, pues es señal de que avanzamos”. Y sigo desde “las señales”: Se habla desde un Colectivo, no desde un púlpito o podio omnipotente y dueño de la verdad y de las buenas ideas.

De hecho, la elección de la segunda y actual presidencia y vice de la Convención, con una votación que tuvo que  repetirse muchas veces y hasta altas horas de la noche, nos mostró que se están haciendo las cosas de otro modo, y de mejor  modo, en que los “consensos” no se imponen desde el temor y la amenaza del poder militar y económico-empresarial, como sucedió en la frustrante “transición a la democracia” al terminar la dictadura y que nunca llegó a expresarse en cambios reales a las estructuras institucionales y que parece, por fin, acercarse a sus finales estertores, sino que los acuerdos se concretan tras conversar, deliberar, convencer, incluso “negociar” con otros y otras. Otras certezas de la Convención son también augurios de mejor futuro.

Ya se percibe claro que aquella sensación de triunfo que tuvimos al constituirse la Constituyente (me gustan los juegos de palabras) se va consolidando y, aunque con distancias, va recogiendo los principales y más urgentes petitorios populares: la plurinacionalidad, que no es otra cosa que reconocer lo que somos; o estructuras refrescadas, más bien, re-creadas desde los derechos humanos, desde el feminismo, desde el regionalismo, desde la paridad, ejemplo mundial de un inicio hacia la equidad y la igualdad de “géneros”, el tener claro que nuestros recursos naturales fundamentales deben ser de beneficio social y no del lucro privado; en fin, cuando se escucha seriamente a constituyentes que, aún con todas las diferencias ideológicas, profesionales, de vida o de cualquier otra índole, nos presentan seria y comprometidamente sus resúmenes semanales, queda la sensación de que la cosa está marchando bien. Además, nada puede ser peor que lo ya vivido bajo la jurisdicción de la espuria constitución de la dictadura y del sistema desde allí impuesto. Hay que insistir en que es PRIMERA VEZ que se acordará democrática, amplia y diversamente las reglas del juego. Obviamente, algun@s (poc@s) se sienten amenazad@s en sus privilegios…que bien que así sea…es seña de que avanzamos.

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